lunes, 23 de mayo de 2011

La virtualidad como facilitadora de la transmisión del saber

La transmisión clásica del saber estuvo orientada por un telos: la paideia; la moderna fue guiada por la concepción mecanicista newtoniana, donde la vida está determinada por la bilduing (formación) y la contemporánea, tiene como elemento catalizador el proceso tecnológico. La virtualidad más allá de una concepción instrumentalista o tecnológica facilita un giro a la transmisión del saber, potenciada por la interactividad que hoy atraviesa el tejido social en su conjunto, incluyendo la institución escolar.


El impacto que genera la virtualidad en la transmisión del saber puede ser incrementado por los procedimientos y protocolos acordes con las necesidades de eficiencia en la transmisión de la información. Asimilar la transferencia y difusión del saber es desplegar ciertas competencias[1]. El reto para los sistemas educativos es garantizar aprendizajes que permitan desarrollar esas competencias para la incertidumbre y novedad. En este contexto, las personas inmersas en la virtualidad   tienen la opción de formarse integralmente para utilizar los medios telemáticos y sus respectivos lenguajes eficientemente y, así poder maximizar sus competencias como sujet@s  crític@s, imaginativ@s y creativ@s.


[1]El usuario debe poseer ciertas competencias de orden tecnológicas (saber hacer o utilizar las herramientas o medios digitales), sociales, de comunicación (feed-back, trabajo colectivo e individual, negociación, relación interpersonal, saber-hacer y social), teóricas (nuevos conocimientos y nuevas teorías del aprendizaje en situaciones profesionales) y  psicopedagógicas (métodos de enseñanza con la ayuda de herramientas tecnológicas, métodos de tutoría y monitoreo en situación de autoformación, orientación profesional, técnicas de desarrollo profesional, métodos de individualización del aprendizaje, entre otras). Tejada, 2004

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